El embajador de los Estados Unidos en Rusia, John Sullivan, le envió el miércoles 26 de enero una respuesta escrita al gobierno de la Federación Rusa, en la que contestaba a las propuestas enviadas por el canciller ruso Sergei Lavrov en la reunión que mantuvo con el Secretario de Estado norteamericano Anthony Blinken, con respecto a una propuesta rusa sobre garantías de seguridad, luego de los incidentes diplomáticos entre Ucrania y Rusia en el contexto de la llamada Guerra del Donbass, una guerra civil entre la población ucraniana rusófona y el gobierno ucraniano.

El documento enviado por EEUU se mantuvo en secreto, pero Anthony Blinken y el Secretario General de la OTAN, Jens Stoltemberg, resumieron la posición norteamericana: los dos altos funcionarios manifestaron que seguirán respaldando el principio de puertas abiertas de la Alianza, sin hacer excepciones para países vecinos de Rusia. Así, el jefe del bloque transatlántico dejó claro que la OTAN continuará coordinando «estrechamente con Ucrania, así como con todos los socios de la OTAN, incluidos Finlandia, Suecia, Georgia y, por supuesto, la Unión Europea», e instó a Rusia a «retirar sus fuerzas de Ucrania, Georgia y Moldavia». No obstante, ambos llamaron a continuar e intensificar el diálogo con Rusia. Además, Stoltenberg aseveró que la Alianza está lista para trabajar con Rusia en el tema del control de armas.

En cuanto a Ucrania, señalaron que la respuesta de Occidente fue coordinada con Kiev y expresaron su apoyo a sus autoridades. En particular, Blinken indicó que Washington continuará militarizando el país, enviando asistentes y armamentos «para reforzar a Ucrania ante la agresión rusa».

En tanto que el Canciller Ruso, Sergei Lavrov afirmó que las propuestas de Rusia constaban de ocho puntos. El primero de ellos estipula que ambas partes deben actuar con base en los principios de seguridad indivisible y no provocar daños a la seguridad mutua; el segundo, que tanto Rusia como EE.UU. procuren que cualquier organización internacional, alianza militar o coalición en las que participe una de las partes, respete los principios contenidos en la Carta de las Naciones Unidas; otros puntos prevén excluir la expansión de la OTAN hacia el este, no admitir en esa alianza militar a países que fueron miembros de la URSS, no utilizar el territorio de otros Estados para atacar a la otra parte, no desplegar tropas y armamento en zonas donde eso sería percibido como una amenaza, no usar bombarderos pesados ni buques de guerra fuera del espacio aéreo y las aguas territoriales nacionales o internacionales, no desplegar misiles terrestres de alcance corto o medio fuera del territorio nacional o en áreas desde donde puedan alcanzar objetivos de la otra parte y, finalmente, no capacitar al personal militar ni a civiles de países no poseedores de armas nucleares en el uso de ellas.

 

¿Hay caminos para la Paz?

 

Si bien no hubo acuerdo que haga asomar la paz en el horizonte, el canciller ruso rescató que las reuniones han motivado avances en cuestiones secundarias, y comprometió a su gobierno en la búsqueda de una salida pacífica al conflicto entre Ucrania y las poblaciones de habla rusa en su territorio. La  OTAN por ahora decidió intensificar el envío de tropas y personal militar a Ucrania y países aliados de la región, como Suecia y Finlandia. Solo Alemania se mostró reacia a enviar tropas a la conflictiva región, mostrando algunas goteras en la Alianza Atlántica. Aunque la paz parece lejana, todavía queda una puerta abierta para seguir las negociaciones. Esperemos que lleguen a buen término.