Silvia Ferreyra, coordinadora del observatorio de MuMaLá (Mujeres de la Matria Latinoamericana), analizó la situación de los casos de violencia de género y femicidios en el contexto de aislamiento social por la pandemia de coronavirus.
Silvia Ferreyra alertó que «en cuanto a las cifras del observatorio de MuMaLá -el registro que llevamos adelante desde el 2015-, desde el 1º de enero de 2020 hasta el día de hoy tenemos 90 casos de femicidios, de los cuales 27 se produjeron desde el 12 de marzo, cuando se iniciaron las primeras medidas de restricción por el coronavirus. Y hay 7 más en investigación. Y además tenemos 22 intentos de femicidio en todo este proceso que tiene que ver con la pandemia».
«Son cifras que nos siguen golpeando en la cara día a día, y que lógicamente refuerzan la necesidad de que se instrumenten medidas urgentes, que estén a la altura de esta emergencia».
Ferreyra reconoció que «se están disponiendo políticas por parte del Ministerio de las Mujeres. Saludamos la conformación de ese Ministerio, que por primera vez en nuestro país tiene la oportunidad de disponer políticas específicas, transversales para las mujeres y las disidencias. Lo que pasa es que nos agarra esta pandemia, esta situación excepcional, y nos encuentra con una estructura que ya venía estando en emergencia».
«Nosotras recorremos las localidades de todo el país y nos damos cuenta la orfandad que había en materia de prevención y asistencia a las víctimas de violencia de género. Son contaditas con los dedos de una mano las localidades que tienen equipos interdisciplinarios capaces de abordar, acompañar y asistir a las víctimas en todo el país. Entonces en esa situación nos encuentra este aislamiento social obligatorio, que para muchas mujeres, que están en situación de violencia, aislarse con su propio agresor representa un riesgo mayor», explicó.
«Sabemos que más del 60 por ciento de los casos de femicidio que tenemos registrados han sido asesinadas en su hogar o en un hogar compartido con el femicida. El femicida en más de un 60 por ciento es pareja o expareja».
«Todos los recursos que pueden estar a mano para poder hacerles llegar y acercar a las víctimas de violencia son bienvenidos. Nosotras también estamos reafirmando esto de no perder el contacto, aquellas personas que estén en cercanía: familiares, amigas, amigos, que estén en contacto permanente, que no colaboren con ese aislamiento, con el agresor. La difusión de la línea 144, que es muy oportuna, ha ensanchado la cantidad de profesionales que atienden. Lo que pasa es que es muy estrecho todavía el marco de acción que puede devenir de esas estrategias, porque son relaciones, situaciones concretas muy complejas, que no siempre se resuelven solamente con una llamada por teléfono, o con el solo hecho de ir a la comisaría, hacer la denuncia y volver con un papel».
«Nosotras tenemos esto de que el 80 por ciento de las víctimas de femicidio no habían hecho denuncia previa. Y esto es en alguna medida una alerta para el Estado respecto a este canal de contención, de asistencia. Pero también somos concientes de que muchas de las víctimas tienen miedo de ir a hacer la denuncia e iniciar un proceso penal con la persona con quien están conviviendo. Entonces tiene que haber una red de contención justamente para que todas esa complejidad se aborde y se pueda llegar a una situación de acceso a la Justicia con un mayor marco de protección. No siempre esto es posible con hijos. Es un proceso que lleva su tiempo».
Ferreyra alertó que «en cuarentena, sin una posibilidad de un acompañamiento presencial, de equipos, de la propia gente que está alrededor, se hace más difícil».
«Y también sabemos que hay límites concretos en las instituciones. En el caso concreto del Ministerio Público Fiscal, que es quien recibe la denuncia. En el caso de la Justicia, que es la que dispone las medidas que se tienen que llevar adelante. Y en el caso concreto de las fuerzas de seguridad, que son quienes las instrumentan. Ahí hay una tríada bastante lenta, con serias dificultades para estar a la altura de la situación de urgencia que tenemos en este momento. En el 20 por ciento que sí hizo la denuncia hay un montón de límites concretos, institucionales, que sabemos que se podrían mejorar, y hoy por hoy los están mejorando. Se podrían haber prevenido, en muchos casos, estas muertes».
«También es muy difícil enfrentar este tipo de situaciones sin presupuesto, llevar políticas públicas sin recursos. Humanos, en la atención, la asistencia, el acompañamiento, y también de asistencia directa a las propias víctimas y a los familiares de las víctimas de violencia. Si hubiera una asistencia económica directa para aquellas personas que tienen una dependencia económica íntima con el agresor, tendrían mayores posibilidades. Y en el caso de los familiares de las víctimas de violencia están aquellos que tienen que buscar un abogado o un psicólogo con sus propios ingresos».
Para finalizar, se refirió a las posibilidades y al alcance que podrían y deberían tener la atención y asistencia a las víctimas de violencia de género: «Ahora se dispuso la atención a las víctimas de violencia como servicio esencial, tienen que estar abiertas. Tienen que buscar la forma de asistir, de brindar la información. Así como escuchamos cómo se tiene que prevenir la gente con el coronavirus: lavarse las manos, quedarse aislado, esos recursos de información, que por suerte han sido establecidos masivamente a la población, tienen que existir a ese mismo nivel cuáles son las medidas de prevención ante una situación de emergencia por violencia de género».
«Es importante la línea 144 para asistencia directa a las víctimas en todo el país las 24 horas. Y está la línea 137, que incluye violencia sexual, redes de trata, que también puede atender a todo el país las 24 horas. Está la aplicación del 144. Y las redes sociales que ayudan mucho, en el caso del Ministerio de Género y en los ministerios de las provincias».
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