El sociólogo Fortunato Mallimaci mostró preocupación por el rumbo que toma la sociedad argentina en cuanto a su percepción de la realidad, creencias y valores. En sus últimos estudios concluye que hay «un malestar que tiene que ver con una cierta angustia, incertidumbre y pérdida de certezas» tal que pone toda la culpa de sus desgracias en el otro, cuestionamiento que llega hasta los dirigentes políticos. A su vez, ponderó la importancia del Papa en el contexto global y lo destacó que «Francisco interpela con su idea de fraternidad universal, aunque pareciera que el humanismo está en los márgenes de la discusión social» señaló.

El docente y sociólogo Fortunato Mallimaci conversó con Elizabet Vega Gron y Javier Corcuera en Lugares Comunes acerca de las representaciones sociales de las y los argentinos expresadas en los resultados de sus más recientes investigaciones, a través de una gran encuesta de fines de 2019, con el CONICET y varias universidades, visitaron 2500 hogares para conocer las creencias de la sociedad argentina, que fruto del macrismo expresa una crisis profunda y preocupante. 

El estudio de opinión pública «marca que más de la mitad de la población está de acuerdo con la pena de muerte y más del 60% están en contra de los planeros o inmigrantes, es decir que hay un núcleo de posturas cada vez más radicalizadas», toman a la democracia como dada y reaccionan fuertemente, «lo que evidencia es un malestar en la vida cotidiana que pasa a las instituciones. Un malestar que tiene que ver con una cierta angustia, incertidumbre y pérdida de certezas y que llega hasta los dirigentes políticos», sostuvo. «El individuo de a poco se anima a cuestionar valores y situaciones que hasta hace tiempo atrás no hacía, si eso es acompañado por campañas en los medios y partidos políticos que históricamente no tenían esa postura, como la UCR, pasamos por destinitos tipos de violencia de la simbólica, a la social, política ,mediática, hasta llegar a la física» subrayó. Sobre el mencionado malestar amplió Mallimaci que «no tiene fundamentalmente que ver con cuestiones materiales».

«De repente las interpretaciones de la situación se van transformando y se busca quién tiene la culpa, ante eso si aparecen pares binarios, entre amigo y enemigo, nosotros o ellos que son peligrosos, se empieza a extender la identificación con discursos de odio. Llegamos así a situaciones en que esa culpa se pone en el otro» reflexionó, en este caso para un amplio sector, la responsable de esta mala situación es Cristina y pasa a ser la persona cuya eliminación será la solución de los problemas. Cuánto de esas creencias son fruto de lo mediático y de reproducción de las ideas dominantes y cuánto de las promesas no cumplidas por este gobierno es difícil de saber incluso para Fortunato Mallimaci, doctor en Sociología. 

A su vez, observó Mallimaci que en América Latina el avance del odio y la extrema derecha, a diferencia de en Europa que tiene larga historia, «no creo que esos discursos tengan una aceptación masiva«, ya que en Latinoamérica hubo movimientos nacionales y populares de muchas expresiones y policlasistas. Si bien resaltó que «hay discursos reaccionarios que han ganado sectores populares», que culpan a otros por estar sin empleo o ser cuentapropistas, tan es así que «ponen en el Estado o el sindicato a su enemigo, justamente a las organizaciones que crearon el Estado de Bienestar» recalcó. 

Por último remarcó el rol del Papa Francisco en una comunidad internacional sin referentes en que «otras expresiones culturales, sociales y políticas tienen poca posibilidad de expresarse». El Papa manifestó recientemente de su cercanía a la vicepresidenta, al país y repudió a los discursos de odio, vinculando lo mediático y judicial. Al respecto planteó el sociólogo que «es preocupante que sea casi la única voz que hable de esto, no hay otras voces legítimas a nivel global que tengan ese tipo de posturas expresa que radicalizado que a la derecha está todo». Francisco se expresó contra de la guerra, la acumulación sin límites, que el capitalismo es salvaje, puso primero la propiedad social por sobre la propiedad privada. «Interpela con su idea de fraternidad universal, el humanismo está en los márgenes de la discusión social, defender a la persona parece de comunista, de alguien que está fuera de realidad, es la perplejidad que viven nuestras democracias».

Al respecto Mallimaci publicó el libro «Diálogos Fraternos» difundiendo la palabra del Papa Francisco en la Encíclica Fratelli Tutti, «en un mundo donde priman la guerra y los Estados Nacionales, Francisco propone la idea de la fraternidad, que somos como una hermandad en que todos tenemos derechos» concluyó. 

 

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