El abogado de Derechos Humanos y de la Red de Abogados por la Soberanía Alimentaria, Marcos Filardi, advirtió sobre la gravedad de la aprobación para la comercialización del Trigo Transgénico HB4 en el país.

Más de 1000 científicos del Conicet expresaron su rechazo al trigo transgénico HB4, creado por la bioquímica Raquel Chan y la empresa Bioceres-Indear y autorizado por el Ministerio de Agricultura de la Nación. En una carta abierta al gobierno cuestionaron la nueva semilla, que impactará en la mesa de la población porque el trigo es la base del pan. El Gobierno también autorizó, en el mismo trigo, el agrotóxico glufosinato de amonio.

El abogado Marcos Filardi señaló que ya había sido aprobado en el año 2015 y que faltaba la autorización comercial. Aseguró que en los 4 años del gobierno de Macri, que tuvo una aprobación récord de eventos transgénicos, «no se animó a darle esta aprobación por el temor de la cadena de trigo a perder mercado por la falta de trazabilidad».

En diálogo con el equipo de «El Avispero», el abogado afirmó que durante la campaña «con nuestro pan no», impulsada desde el sitio accionesbiodiversidad.org, miles de científicos expresaron su rechazo a la aprobación de este trigo.

Además, Filardi detalló que el herbicida glufosinato de amonio, que se usa con este trigo, es 15 veces más tóxico que el glifosato. Remarcó que Argentina es el principal consumidor de trigo en el mundo y que esta aprobación se dio en simultáneo a la aprobación comercial por parte de Brasil, que es a quien le vendemos el 43 por ciento de nuestro trigo.

Filardi aseguró que «el rechazo fue absolutamente generalizado«, y que 1.400 científicos y científicas cuestionaron el modelo transgénico que le sirve de base a este convenio, y mencionó también la misma postura por parte de la Mesa de Enlace Argentrigo y la Sociedad Rural.

En ese sentido amplió que la aprobación aumenta el negocio transgénico que ya tiene 62 eventos transgénicos tolerantes a herbicidas y completaría el ciclo anual de fumigaciones con agrotóxicos. Filardi aseguró que eso «significa someter a los pueblos rurales a nuevas fumigaciones durante todo el año».

Por último, el abogado dijo que «no podemos seguir sosteniendo un modelo tecnológico que sigue agravando los problemas ambientales y de salud de nuestros pueblos, queremos una ciencia que explore soluciones al servicio de la sociedad«.

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