La periodista Liliana López Foresi analizó las repercusiones que tienen los discursos de odio, que se extienden de manera global, cómo ponerles límites. Indicó que «no se deben replicar los discursos de odio, desde los otros medios tenemos que tratar de no nutrirlos, sí hay que señalarlos». «El gobierno debió ponerles freno usando el Código Penal o reponiendo la Ley de Medios» aseguró, ya que «no se trata de libertad de expresión». Y remarcó que si a alguno pulpos mediáticos «les podamos el odio no les queda nada».
La periodista Liliana López Foresi dialogó con Elizabet Vega Gron y Javier Corcuera en Lugares Comunes, programa que se emite por Radio Caput y Radio Güemes AM1050 de 21 a 22 horas, reflexionó acerca de la censura y la defensa de intereses corporativos que ejercen grupos comunicativos como Clarín especialmente en lo relacionado al intento de magnicidio contra Cristina Fernández de Kirchner y la extensión de esos discursos violentos por todo el planeta.
Sobre los discursos de odio que reiteran una y otra vez pulpos multimédiaticos y empresariales que producen un estigma contra la vicepresidenta, recalcó López Foresi, quien fue censurada en democracia, que «no se deben replicar los discursos de odio, desde los otros medios tenemos que tratar de no nutrirlos, sí hay que señalarlos. Sino reciclamos retroalimentamos ese mismo discurso de odio que tanto daño nos hace. Para combatirlos no debemos replicarlos, son muy eficaces, quienes pretendemos que haya diálogo en democracia tenemos que no replicarlos porque se nutren de nosotros” señaló.
“El propio gobierno debió ponerle un freno cuando escalaba. El gobierno no debió dejarlos avanzar con las bolsas mortuorias, las pedradas contra el despacho de CFK en el Congreso, las guillotinas. Nos corresponde señalarlos, pero no ponerles fin, debe hacerlo el gobierno”, señaló la periodista. “Son situaciones complejas pero debemos usar las herramientas que tenemos, como el Código Penal»; y sobre la Ley de Medios remarcó que “se puede poner en vigencia con un DNU, del mismo que la derogaron, aunque recalcó que “habría que retocarla”. Y añadió que “si siempre estamos pensando en la correlación de fuerzas, el momento nunca llega”.
“Hay discursos que llevan a acciones violentas que no se tendrían que permitir, hay que penalizarlas, ya que no están amparadas por la libertad de expresión”, señaló en relación con un control público de los contenidos que se emiten.
En relación con la necesidad de discutir un proyecto de convergencia digital en un esquema general de medios, indicó Liliana López Foresi que “un sector del Frente de Todos lo está planteando, aunque que no es escuchado por la urgencia de tener 50% de pobreza y una inflación galopante. Es una discusión profunda que hay que dar”. En ese sentido destacó que “Carlos Mugica ya avisaba que el problema de la pobreza es la riqueza cada vez más concentrada en manos de unos pocos, debemos preguntarnos qué vamos a hacer con la riqueza”. “Tenemos que asegurar que todos coman todos los días”.
Manifestó sobre el poder de esos grupos que “son empresas mediáticas con intereses diversos, no visibles, el poder del grupo Clarín es el más grande de Latinoamérica”, un poder que vira hacia la derecha y cree que así defiende sus intereses, atentado terrorista, el primero en lo que va del siglo. Y recalcó que las noticias sobre la causa sobre el intento terrorista de asesinato de CFK que va a haber que sostenerla como se sostienen otros temas.
En referencia a Mauricio Macri calificó sus dichos como visiblemente violentos, coherentes con sus declaraciones durante la pandemia, cuando dijo que mueran los que tengan que morir. “Son muy implacables, los constituye el odio, si podan el odio no les queda nada”, agregó. “Se organizan alrededor del odio y el odio precede a la violencia”, destacó Liliana López Foresi. “Twitter tiene sólo 6 millones de usuarios, hay un problema comunicacional gravísimo que viene desde años, no solamente en este gobierno” subrayó.
Es un discurso que campea por todo el mundo, en un sistema patriarcal que se reproduce en líderes de todo el mundo, lo que significa un «retroceso impensable». «Hay unas nuevas Derechas con otras características. Somos guiados, autoexplotados y autovigilados, siguiendo hashtags, no son ya consignas. Es un sistema que está cerca del colapso y el monstruo (el imperio) da sus últimos coletazos. No es simplemente neoliberalismo, es fascismo» analizó, rememoró la marcha sobre Roma de Benito Mussolini, quién con un discurso ramplón, machista lograba convencer.
«América Latina es un lugar de deseo, tenemos casi todo. Sufrimos de no saber administrar la abundancia, tenemos miedo a la mirada del otro», de ese modo “no aprovechamos lo que tenemos”. Ejemplificó los casos del litio y el Canal Magdalena, que al derogar el decreto 949, permitiría proveer de mejor proteína a la población. «Permitimos saqueos en la costa argentina y tenemos a la OTAN en Malvinas” remarcó.
Por último, analizó que el problema proviene desde la génesis de Argentina. «Tenemos una historia sangrienta, plagada de contradicciones, es un país federal pero llevamos 200 años de unitarismo. Nos constituimos con la mirada del otro, por cómo nos ven desde afuera” concluyó.
Pasó en Caput. Lugares Comunes.