Inés Vázquez, integrante del Observatorio de Violencia Institucional de Filosofía y Letras de la UBA, contó que la facultad, que ya es querellante en las causas que investigan crímenes del terrorismo de Estado en la comunidad universitaria durante la última dictadura, busca impulsar la investigación que llevan los juzgados de Ariel Lijo y Daniel Rafecas para ver la relación con una posible infiltrada en la comunidad educativa. Destacó que «es muy importante que Filo se involucre en la búsqueda de verdad y justicia», por ejemplo, abriendo legajos académicos de la infiltrada, Isabel Correa, quien se cree que hizo inteligencia relacionada con la desaparición de alumnos de la facultad.
La antropóloga social, secretaria académica e investigadora del Instituto de Investigaciones de Estudios de Género (IIEGE, FFyL-UBA) y coordinadora del Observatorio Universitario de la Violencia Institucional (OBUVI) de Filo UBA, Inés Vázquez, dialogó con Elizabet Vega Gron y el equipo de Lugares Comunes, programa que se emite por Radio Caput y Güemes AM1050.
Relató Inés Vázquez en el comienzo de la entrevista cómo es que desde la facultad de Filosofía y Letras se impulsan investigaciones por delitos de lesa humanidad, ante los jueces Ariel Lijo y Daniel Rafecas, durante los años 70. Según archivos se sabe que una agente de inteligencia de la policía federal cursaba en Filo durante las peores épocas de la represión y desapariciones. «Conocimos a partir de noticias periodísticas sobre infiltración de agentes de inteligencia de la policía federal y nos presentamos ante el Consejo Directivo para solicitarles que pidieran en los juzgados abrir la investigación e involucrarse en la búsqueda de justicia», contó.
Vázquez señaló que esto es un hito más de una larga cadena de acontecimientos que ponen a la facultad en condiciones de ser querellante y ser activa en la búsqueda por verdad y justicia. «El programa Verdad y Justicia de la etapa de Cristina Fernández de Kirchner, que no se retomó luego, hizo aportes en buscar piezas aisladas, para reconstruir las desapariciones y las responsabilidades, y aportar datos a la justicia. Ese fue un programa creado por Nilda Garré que formó un grupo de investigación de los archivos que aportó nombres de agentes de inteligencia infiltrados en ambiente estudiantil, la mesa estudiantil le decían a espiar estudiantes. El de Isabel Correa (la infiltrada) era un nombre más a investigar, ahora se conoció que se recibió en 1982, lo que hace suponer que estudió 5 o 6 años antes, en los años más terribles del terrorismo de Estado». Más tarde se creó «Universidad y Dictadura», y al poco tiempo, Graciela Daleo, junto a Osvaldo Bayer, crearon la Cátedra Libre de Derechos Humanos por pedido de estudiantes. Allí se hablaba de temas en una época de impunidad, no había muchos lugares donde hablar de estos temas, e investigar el período 1966-1976. Buscaba reconstruir las vidas de las víctimas y de otras personas que pasaron por la vida universitaria y sufrieron otras violaciones de DDHH», señaló.
Agregó Inés Vázquez que «en 2017 la comunidad universitaria decidió involucrarse, lo que es un gran paso adelante. Pedimos que Filo sea querellante. por eso desde el Observatorio de Violencia Institucional pedimos que se investigue la participación de esta infiltrada en la comunidad de Filo. En 2018 nos presentamos en el juzgado número 3 de Rafecas, sobre primer cuerpo del ejercito que investiga a muchos centros clandestinos de detención, y en el 12 de Lijo, de la causa ESMA. Esto nos habilita para intervenir en causas en que estén involucradas personas de nuestra comunidad que hayan sido victimizadas por el terrorismo de Estado» señaló Inés Vázquez.
Se sabe que la infiltrada estudió en la Facultad, la carrera Ciencias de la Educación y se recibió en 1981, Vázquez amplió: «Ahora pedimos saber que pasó con la posible infiltración de esta persona, que estuvo involucrada en la desaparición de las Madres de Plaza de Mayo y de las monjas francesas». Sobre Isabel Correa, o Isabelita, añadió que «su presencia está documentada desde hace muchos años, Isabelita se cree también instruyó a nuevos agentes de inteligencia. Si ella estuvo en la facultad durante la dictadura, justamente en esos años hubo cientos de desaparecidos de Filo, hay que investigar ese vínculo de la infiltrada en esas desapariciones. Hasta qué punto ese pasado está presente hoy es un pregunta que aún no podemos responder» recalcó.
A su vez, Inés Vázquez recalcó que «nos presentamos ante el Consejo Directivo para, en causas donde la Facultad ya es querellante, impulsar la investigación e involucrarse en la búsqueda de justicia, queremos saber sobre su participación en aquellos años de dictadura». «Estos pasos son de gran relevancia para pensarse como comunidad educativa y académica y reflexionar sobre cómo ese pasado está presente. Esto nos está hablando hoy. Hay muchas cosas que desconocemos y queremos saber», recalcó. Y añadió que «uno de los pasos en la causa de Lijo fue ordenar a la facultad entregar el legajo académico de la espía. Son datos personales privados, que se revelaron, y creemos se podrá determinar a partir de eso su trayectoria y vida académica».
Por último, Inés Vázquez subrayó el trabajo de las Cátedras Libres, como la de Derechos Humanos, que están abiertas a la comunidad «para dialogar saberes académicos con la comunidad». Son cursos semestrales de extensión universitaria, con una nutrida agenda de foros, seminarios y cursos más largos.
Más información en: http://novedades.filo.uba.ar/novedades/seminarios-de-extensi%C3%B3n-pst-y-c%C3%A1tedra-libre-de-derechos-humanos
Pasó en Caput. Lugares Comunes.