En relación a la mesa política del Frente de Todos, el sociólogo Daniel Rosso sostuvo que «un sector de los presentes podría pedir una reunión con la vicepresidenta para que revea su posición. Es probable que haya un operativo clamor para la candidatura de Cristina«.

Rosso señaló que «en el documento que sacaron hubo un consenso por cuestionar la proscripción a la vicepresidenta». A su vez, afirmó que «hay trascendidos de que un sector de los presentes podría pedir una reunión con la vicepresidenta para que ella revea su posición. Es probable que haya un operativo clamor para la candidatura de Cristina«.

«La reunión de ayer fue en principio un punto de partida de un proceso de ampliación del debate interno, es decir de ordenamiento de su discurso y de su estrategia política y electoral para evitar el retorno de la derecha. De ese modo se refuerza la unidad en la diversidad pero abriendo el juego a los diversos matices que hay en el conglomerado oficialista», agregó el sociólogo.

En ese sentido, amplió que «si los dirigentes no llegan a acuerdos, se pasa la decisión al pueblo a través de las elecciones PASO. Es el instrumento que da al pueblo la facultad de decidir quién tiene mayor legitimidad para ser candidato. Si sucede, será la primera vez que se haga en el mundo nacional y popular», recalcó Rosso.

Al ser preguntado si está bien expresar las discusiones y las diferencias puertas adentro o debe ser públicamente, Daniel Rosso afirmó: “Me parece bien que los matices se discutan porque si no, le regalamos la democracia a la derecha. En el mundo de hoy ese adentro no puede estar absolutamente separado del afuera. Con las redes sociales y los múltiples dispositivos de comunicación no hay tal adentro y tal afuera. Ya no se puede partir el mundo entre lo público y lo privado, esa diferenciación está cada vez más en crisis básicamente porque el advenimiento de las redes sociales es tan masivo mundialmente».

«Lo público está intercalado con lo privado, por eso pensar que la vida interna de un partido es posible separada de sus efectos públicos, es difícil. Toda discusión partidaria es una discusión pública hoy en día», sintetizó.

Por último, consideró la disidencia como un lugar creativo para fundar una cultura política que permita el debate interno y manifestó que «si no el lugar del debate lo ocupa alguien como Javier Milei y la derecha periodística». «No podemos regalarles la estética y la ética del debate a ellos», concluyó.

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