Tras reunirse con autoridades del Ministerio de Ciencia y Tecnología, los científicos decidieron tomar el edificio ubicado en Godoy Cruz 2320. «Fue una reunión durísima, una provocación atrás de otra. No se avanzó absolutamente en nada.», contó Nuria Giniger, investigadora del Conicet y antropóloga.

El ministro Lino Barañao no participó de la reunión, pero asistieron el secretario de Articulación, Agustín Campero y el subsecretario Lucas Luchillo, además de los gerentes del Conicet. «No dijeron nada más que ‘vamos a tomar en consideración lo que nos dicen’, ‘tengan confianza’, ‘tengan fe’, y una serie de imprecisiones respecto a la situación de 460 científicos y científicas que desde diciembre del año pasado estamos reclamando su incorporación al Conicet», afirmó Nuria.

El conflicto comenzó en diciembre de 2016 con una toma del Ministerio que duró una semana, debido a que se pedía la reincorporación de los 500 investigadores que fueron dejados afuera de la planta permanente del Conicet «por cuestiones presupuestarias». Para solucionarlo, el gobierno propuso que sean incorporados a las diferentes universidades nacionales.

Giniger contó que «ahora hay en marcha hay un tipo de contratos entre las universidades y los investigadores, que no garantizan ni la estabilidad laboral ni el salario equivalente al que tendrían en Conicet. Son cargos precarizados que están atados a los vaivenes del presupuesto nacional». «Barañao es un cínico», concluyó.

El secretario general de FEDUBA (Sindicato de Docentes de la Universidad de Buenos Aires), Federico Montero, contó que las autoridades del Ministerio «decidieron unilateralmente levantar la reunión, no dar lugar a ninguna respuesta y cortar el diálogo». En diálogo con Cynthia García, destacó la «fuerte presencia de Gendarmería» en la puerta del edificio.

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