Una integrante de la delegación Argentina que visitó Bolivia con distintas asociaciones de derechos humanos, sindicalistas, movimientos sociales y prensa, Cristina Livitsanos, relató su experiencia en el país: «En Santa Cruz de la Sierra nos separaron a toda la delegación del resto de los pasajeros y nos fueron llamando a algunos para someternos a una especie de interrogatorio, preguntándonos adónde íbamos, por qué llegábamos a Bolivia y qué contactos teníamos».

«Fuimos en una delegación de 40 personas, 22 eramos abogados. Yo fui por la Asociación Americana de Juristas, la rama Argentina. Había otros representantes de distintas asociaciones de derechos humanos, algunos sindicalistas de ATE, de prensa y movimientos sociales como la CTEP y demás», afirmó.

«Íbamos a la paz pero tuvimos que hacer escala en Santa Cruz de la Sierra y ahí tuvimos un inconveniente, nos separaron a toda la delegación del resto de los pasajeros y nos fueron llamando a algunos para someternos a una especie de interrogatorio, preguntándonos adónde íbamos, por qué llegábamos a Bolivia y qué contactos teníamos».

«Esto duró aproximadamente una hora, cuando nos dejan salir para hacer migraciones y vamos a hacer el check-in para el otro vuelo, en un hall nos empiezan a insultar los grupos de choque de Camacho, la Liga Juvenil Cruceñista, nos insultaron, agredieron, un par de compañeros recibieron patadas».

«Nos alojamos en El Alto, y ese mismo día vinieron unos representantes de movimientos sociales y de la APDH de El Alto a ponernos en tema, a evaluar algunas situaciones, y al día siguiente fuimos hasta Senkata, que es donde se hizo una de las masacres que ocurrieron en Bolivia, con nueve muertos, cientos de heridos y detenidos que no tienen ningún tipo de garantía procesal, no se sabe exactamente dónde están alojados»

«Al día siguiente de nuestra llegada, el ministro de Gobierno diciendo por televisión que eramos guerrilleros, que nos iban a seguir las 24 horas. El efecto que tuvo es que algunos de los contactos no se nos acercaron, una chica nos decía que nos estaban siguiendo todo el tiempo«.

«Creo que los testimonios recibidos dan para configurar esto como delitos de lesa humanidad, es importante porque permite la jurisdicción universal, entonces esto sí habilitaría a hacer algún tipo de presentación en Argentina, y luego en el resto de los organismos internacionales», concluyó.

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